El caso que nos ha llevado a realizar esta reflexión en el blog es el de la falsa alarma que se produjo el pasado jueves 27 de marzo, cuando el servicio de emergencias 112 (@112canarias), publica este tuit:
«Control Canarias confirma caída al mar de avión a 2 millas costa #GranCanaria a la altura de Jinamar. Se desconoce el número de pasajeros».
Hasta ese momento todas las actividades que se pueden considerar dentro de la normalidad, con la activación de un protocolo de intercambio de información entre las autorizades aeroportuarias y el servicio de emergencia, dando valided a las evidencias visuales que estaban recibiendose desde diferentes puntos, pasan a otra dimensión. Medios de comunicación de todo el mundo recogen la noticia y empiezan a difundirla, dando credibilidad a la que se supone es una fuente fiable. De hecho, el 112 de Canarias tiene uno de los perfiles de emergencias con más seguidores -más de 53.000.
La anécdota no fue a mayores, ya que el propio servicio de 112 desmintió la noticia 9 minutos después:
Respecto piosible accidente avión, SAR, Control Aéreo y helicóptero #GES confirman que se trata de remolcador tirando de una embarcación
Sin embargo, el tuit ya había sido difundido, obteniendo una amplia repercusión y abriendo el debate de si las redes sociales son un canal de comunicación adecuado para las notificaciones de crisis. En muchos casos, llegando a la demonización de las propias redes sociales.
1 comentario:
Enhorabuena. Vi la noticia pero no la relacioné con la Continuidad.
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